Conectado a la pintoresca isla de Burano por el Ponte Longo, un puente de madera de 60 m de longitud, Mazzorbo es un verdadero oasis de paz, un lugar donde todo parece haberse detenido y donde la naturaleza, la historia y la laguna que lo rodea le hacen sentirse en armonía con el mundo. Mazzorbo es conocido por sus viñedos, sus extensiones de campos y huertos, sus paseos a lo largo de la laguna, su pequeño pueblo histórico con la Iglesia de Santa Caterina que data del año 1200 y que alberga la campana más antigua de la ciudad, el antiguo monasterio benedictino, las murallas medievales que protegen la finca de Venissa, un destino ineludible donde relajarse y almorzar entre sus antiguas viñas... Este hermoso entorno hace que nuestra propiedad sea una residencia muy especial. Una casa frente a la laguna y un anexo, un cobertizo para botes, un amplio y maravilloso jardín de aproximadamente 700 m2. El primer edificio tiene dos plantas: en la planta baja la cocina, la sala de estar y el baño, en la planta superior el dormitorio con una pequeña terraza con vistas a la laguna, un segundo dormitorio doble, un dormitorio individual y una sala de armarios de la que se puede obtener un segundo baño. La dependencia, al lado de la casa, se compone de un porche de acceso, un salón, una cocina americana, un comedor, un dormitorio doble y un baño. Desde aquí se sale a una gran terraza con vistas a la laguna con un muelle privado para el amarre de embarcaciones. La orilla está bajo concesión estatal. El jardín es un pequeño parque lleno de árboles frutales, plantas exóticas y tierras de cultivo. Junto al jardín hay una caseta de herramientas. Una residencia lejos del frenesí de la ciudad y donde se puede redescubrir la serenidad que sólo la naturaleza y la Laguna pueden ofrecer... pero aún en nuestra querida Venecia.